martes, 23 de junio de 2009

La Web 2.0 y sus desequilibrios

Por. Ignacio González Prieto.
El elemento central caracterizador de las herramientas “Web 2.0” es que se hallan definidas, reguladas, controladas por las decisiones y operaciones de los usuarios remotos y dispersos, comunicados a través de las TIC's, quienes deciden probar, ensayar y, por este camino, producir y publicar sus saberes y sus opiniones en el ciberespacio.

Como tal se estaría imponiendo un nuevo paradigma, un nuevo conjunto de conocimientos y creencias que conforman y validan una visión del mundo, de la vida y de los intercambios sociales. Y, desde una posición dominante, este paradigma señala cómo deberían ser y hacerse las cosas en un espacio y momento socio-histórico particular, para el caso cada vez más virtual. La preocupación es qué hacer con toda la avalancha tecnológica -que para nosotros arrastra una acostumbrada racionalidad instrumental- en los contextos formativos de personas y grupos, preocupación que ciertamente no es nueva, sino que ha sido planteada para su reflexión a lo largo del desenvolvimiento de la humanidad, desde la invención de la imprenta, luego el teléfono, la radio, la televisión, más tarde la computadora, el teléfono celular, las unidades MP3, el i-Pod, y ahora la aparición de la Web 2.0 y de los mundos sintéticos de Second Life. Seguramente habrá otros mundos que aún no imaginamos.

Si bien podría sostenerse que nos enfrentamos así al paradigma de un espacio abierto que estimula la webcreatividad con conceptos, herramientas y procedimientos técnicos (nuevos o más evolucionados), debido a los consabidos y veloces cambios implicados por la convergencia tecnológica de los ambientes mediados, lo real es que estas herramientas y procedimientos se imponen y se multiplican de modo cotidiano.

Lo valioso de la propuesta parece robustecer el central rol del conocimiento y su producción colectiva. Pero no es necesario preguntarnos cómo funciona dicho modelado compartido en un espacio abierto donde quienes participan pueden poseer la mar de concepciones erróneas. La Web 2.0 nos hace repensar acerca de temas (no nuevos) como la privacidad, la retórica, la autoridad y la estética en Internet así como también acerca de cuestiones como la identidad, la comercialización de lo producido y la ética en los derechos de autor en estos contextos que enlazan personas y grupos.

A su vez, es preocupante cuando la Web 2.0 arriba al campo educativo, muchas veces sin que tengamos muy claro cuáles podrían llegar a constituir sus aterrizajes curriculares . Es importante recordar que las aplicaciones más representativas de la Web 2.0 son MySpace, Wikipedia, YouTube, Flickr, Blogger, Facebook, entre otras, y que una descripción de las mismas puede encontrarse fácilmente en los sitios de su referencia en Internet.

Asimismo, pensamos que es lícito sostener que los rasgos de la Web 2.0 contribuyen a la horizontalidad comunicativa y a la expresión creadora, que engrosan lo que ya Levy llamó la “inteligencia colectiva”, posibilitada por la gestión y uso de base de datos, la capitalización de las experiencias de los usuarios presentadas en dispositivos ilimitados con software de uso simplificado, dentro del marco telemático e interactivo de Internet.

Sin embargo, es necesario remarcar al mismo tiempo que se da una tiranía por el uso de dichas herramientas, que subyace de modo oculto a su accionar, que no siempre se realiza en forma meditada y fundamentada, sino, sin duda, de forma improvisada y no profesionalizada, sin confrontación con ningún criterio mínimo de calidad en general y educativa en especial, cobijado todo ello dentro del marco de la gratuidad, la apertura bienvenida del Open Source y la democratización, que realmente aumentan de manera exponencial.¿Cuántas veces hemos propuesto la participación de personas, grupos y organizaciones en una “prosumisión”, producción protagónica de procesos y productos virtuales y no solo consumo, resultado del estilo “delivery” de artículos de Internet?

Si bien se estaría rompiendo el "sistema delivery", ya reformulado vía resignificación socializada de los sentidos de las cosas, la interacción colaborativa de los entornos que estamos analizando se realiza también de manera vertiginosa, empírica e intuitiva a ultranza para producir piezas, procesos, productos y servicios socioculturales, al enlazar varios lugares, tiempos, personas y grupos conectados, aunque a costa de profundizar distancias culturales, lingüísticas, de entendimientos y otras.
Por otro lado, el vértigo de los cambios tecno-sociales con sus modas y el consumismo que arrastran impiden pensar (porque pensar toma su tiempo) y así es demorado el desarrollo de funciones superiores del pensamiento humano (para producir conocimiento o genuino saber), si se lo desea promover.

Todo lo antedicho significa la necesidad urgente de realizar estudios acerca de los reales hallazgos (positivos y negativos) producidos en los procesos ocupados por las creaciones colectivas de las redes y comunidades virtuales -de diverso tipo - en “investigaciones en y desde la acción”.
A propósito de estos temas, habría que recordar que una red para que sea poderosa debería presentar ciertos prerrequisitos o poseer claves, tales como: gente relevante que se contacta como participantes (en número e interacción prudencial y no multitudinaria), con las necesarias competencias específicas desarrolladas y con consenso respecto de los objetivos claramente establecidos, porque todos tienen información acerca de lo que implica involucrarse en una red, es decir, con fortaleza en sus relaciones sociales y de gran respeto a la diversidad. Con lo que se entiende que no cualquier red sirve y menos produce creativamente procesos y productos.

Parecería, entonces, que la existencia de precondiciones -como la alfabetización digital, la lectura crítica en Internet o la autorregulación que permita monitorear los procesos de aprendizaje (los que deben ser desarrollados o fomentados compensatoriamente, si no se los tuviera) comienzan a ser de real relevancia, si se trata de realizar un uso óptimo y apropiado de las herramientas de la red cada vez más a la mano.

Es decir que existe urgencia por discriminar entre lo que se ofrece, dentro de la jungla tecnológica que nos circunda y que irrumpe en la cultura y la transforma, averiguando el sólido aporte formativo que posee y no dejarse llevar por re-creaciones pasajeras, insustanciales o líquidas porque no significan un real avance en la elaboración personal y grupal, en la comprensión y cambio conceptual o un avance en la autorregulación con una maduración y autonomía de la persona y/o grupo que aprenden.

martes, 16 de junio de 2009

LOS NUEVOS NEGOCIOS DE LA WEB



La web 2.0 está modificando drásticamente las formas de relación social, de comunicación y creación de conocimiento a través de Internet. Entre los cambios que se están imponinedo por la fuerza de los hechos se encuentra la redefinición de la antes nítida frontera entre amateur y profesional y entre ánimo de lucro y placer no remunerado.

Por otra parte, el crecimiento espectacular de la producción de información mueve la economía hacia la atención, de modo que se deben reinventar los modelos de negocio centrados en esta nueva unidad monetaria. Las formas de rentabilizar el mundo analógico se transformaron en la primera ola de Internet (que redujo los costos de producción y reproducción de conocimiento) y se deben reinventar de nuevo ahora ante la irrupción de la web 2.0.

Se necesitan entonces nuevas estrategias porque los nuevos modelos de negocio pasan por la desaparición de los totdo lo que conocemos Los nuevos business plans serán cada vez más hojas de ruta abiertas, menos financieras y más culturales, susceptibles de ser modificadas a cada paso fruto de un aprendizaje permanente. Pero esto no significa que todo sea posible, bien al contrario el sentido común es más necesario que nunca para navegar en la incertidumbre.
Por eso, es muy importante, desplegar dos grandes ideas estratégicas para el diseño de modelos de negocio en la web 2.0:

1. Diseñar sistemas abiertos: en su código y en sus usos, que permitan la experimentación continua por los usuarios y por las empresas. De este modo, los propios usuarios irán inventando / descubriendo sus potencialidades y las empresas, si monitorizan estrechamente a sus usuarios podrán aprender y mejorar su oferta contínuamente. La gestión adaptativa en la que cada decisión se convierte en un experimento susceptible de modificarse en función de los resultados se convierrte en el modelo a seguir.

2. Existe tecnología suficiente ya desarrollada y poco explotada. El cuello de botella en la innovación es la obtención de una masa crítica de usuarios que permitan rediseñar y desarrollar los servicios de modo contínuo. Las empresas deberían dejar de obsesionarse con la creación de nuevos productos ex novo y centrarse en la mejora y reinvención de los ya existentes utilizando a los usuarios como vía de creación y evaluación de ideas.
La nueva filosofía Web 2.0, que requiere una baja inversión inicial, un corto plazo de creación de una empresa y poca estructura organizativa, permite que nuevas empresas puedan competir rápidamente con empresas tradicionales ya asentadas en el mercado. Además, estas últimas también pueden beneficiarse de la Web 2.0.

En la nueva generación Web, un modelo de negocios debe definir la forma en la que las empresas planifican hacer dinero a largo plazo utilizando Internet.

En esta perspectiva, algunos modelos son bastante simples. Basta con que una empresa ofrezca un servicio on-line, lo distribuya a sus clientes y, si todo va bien, los ingresos por venta superarán los costes y de esta forma obtendrá una ganancia; así de simple es el modelo.

Otros modelos, sin embargo, no poseen esta simplicidad. Es el caso de la transmisión de señales abiertas de radio y televisión. Cualquiera con un receptor común y corriente puede capturar la señal y obtener la transmisión. Este proceso es parte de una compleja red de distribuidores, creadores de contenidos, agencias de publicidad, radioescuchas y telespectadores. Con tanto agente implicado, no queda muy claro quién genera la ganancia, ni mucho menos a cuánto asciende, porque todo depende de un conjunto de factores.

No existe una clasificación clara para todos los modelos de negocios Web 2.0 existentes, ni en el mundo físico ni mucho menos en Internet. Por tanto, hay dos vías para conseguir rendimientos de la Web 2.0: las directas o ácticas y las indirectas o estratégicas, que pasan a menudo desapercibidas.

Algunas de las vías indirectas llevan a un incremento de los ingresos, a un aumento de los usuarios o a una mayor resistencia frente a la competencia, que a su vez se traduce en un incremento de las suscripciones, publicidad e ingresos por comisiones.

Basados en la publicidad
Basados en la comisiones
Basados en la ingresos por ventas
Basados en la donaciones

No todas las aplicaciones Web 2.0 son rentables o generan unos ingresos que aseguren el éxito del negocio. Sin embargo, muchas de ellas han abierto definitivamente un campo de nuevos servicios, nuevas formas de satisfacer las necesidades de los usuarios, donde aprovechar y sacar ventaja de estas oportunidades se transforma en un elemento clave, tanto para desarrolladores como para usuarios u organizaciones.

Sea cual sea el modelo elegido, parece existir un cierto consenso en que cualquier empresa Web 2.0 que aspire a tener éxito debe cumplir la condición de ser capaz de generar valor para el cliente. La dificultad proviene de resolver la rentabilidad y sostenibilidad de estas aplicaciones, que no necesariamente se crearon como máquinas para hacer dinero.

Entonces, ¿cuál es la clave para que los negocios basados en la Web 2.0 sean sostenibles? Los expertos del FTF apuntan las siguientes:

Conseguir el “efecto red”, es decir, ofrecer un servicio útil para los usuarios que además incremente su valor conforme aumenta el número de conexiones.
Crear un producto o servicio que utilice el usuario. En el caso de modelos de negocio basados en la publicidad, también es muy importante preguntarse cómo se puede conseguir un crecimiento exponencial gracias a la participación de los usuarios.

Tener una gran base de usuarios debido a que el margen unitario en estas empresas es pequeño.
Entender qué porcentaje de tiempo y disponibilidad de ingresos y gastos estaría dispuesto a aplicar el cliente.
Ser un negocio rentable para todas las partes implicadas. A menudo, la rentabilidad no se mide en términos económicos, pero, si el objetivo final.

Confirmarse como una fuente estable de ingresos.
Encontrar un nicho de mercado para un negocio y ofrecer un buen servicio que satisfaga la demanda existente.
Lograr la interacción con el usuario. Si el usuario no realiza aportaciones, no habrá Web 2.0.

En definitiva, los modelos de negocio para empresas Web 2.0 tienen bastantes similitudes con los modelos de negocio de empresas tradicionales, aunque en aquéllos cobra especial importancia conseguir la participación activa del usuario para garantizar la sostenibilidad del modelo.

La Web 2.0 no supone únicamente buenas oportunidades para crear nuevas empresas, sino que también tiene numerosas aplicaciones para las empresas tradicionales.

En este sentido, The Economist señala que la mayoría de los directivos admite que la Web 2.0 va a alterar la forma de relacionarse interna y externamente, y que se va a evolucionar hacia empresas en red.